Si hay algo que une a todos los cristianos, ahora y a lo largo de la historia, es nuestra gozosa seguridad de que lo más grande que ha sucedido en nuestro planeta es el nacimiento, la muerte, la resurrección y la ascensión de Jesucristo. ¡El mensaje del evangelio es la mejor noticia!
Entonces, yo me pregunto: si esto es así, ¿por qué a tantos cristianos les cuesta horrores compartir la gloriosa noticia del evangelio?
¿Cómo podemos creer que no hay mejor noticia en el mundo y, sin embargo, sentirnos incapaces o poco dispuestos a contarla a los demás?